sábado, 11 de septiembre de 2010

11 de Septiembre, Santiago de Chile

Introducción un poco larga, al final hay un poema...


Hace 37 años los aviones de la fuerza aérea chilena bombardeaban el palacio presidencial de la Moneda, poniendo fin al gobierno democraticamente elegido de Salvadar Allende y dando así inicio al período más oscuro de la historia chilena contempóranea.


Recordar no sólo porque el olvido es imposible, sino que también somos nuestra memoria, sin historia el presente se vuelve eterno cerrándonos la posibilidad del futuro, porque sin memoria el presente se vuelve un laberinto incomprensible, porque un árbol sin raíces se secará inevitablemente.

Pero no sólo por eso, sino porque las consecuencias de la destrucción del Estado de Derecho siguen sucediendo: no sólo el Neoliberalismo (con sus secuelas de agudización de la diferencia de clases, de precarización del trabajo, de endeudamiento masivo del “consumidor”) implementado por primera vez en el mundo por la dictadura de Pinochet, se impone ahora, fácticamente, como único modelo económico posible, sino porque las leyes anti-terroristas, que niegan el debido proceso, que permiten figuras como “testigos ocultos” y que divide la justicia en civil y militar, criminalizando a final de cuentas la protesta social (es terrorista en Chile, gracias a esta ley, quien lanza una piedra) se sigue aplicando, y si el enemigo interno fue antes el comunismo, en Chile lo es hoy la nación Mapuche, quienes viven hoy, bajo un régimen de militarización de sus comunidades y de feroz represión. En la Araucanía la dictadura no ha terminado, y hoy como ayer a los luchadores sociales no les queda más que su cuerpo para resistir. Los presos políticos mapuche, adultos y niños, suman ya más de 60 días en huelga de hambre, comprometiendo seriamente la propia supervivencia.

Hoy quisiera compartir un poema que recuerda una infancia en un país politizado. El Año Decisivo es el año en que se efectuó el atentado a Pinochet por parte del Frente Patriótico Manuel Rodríguez. Era el año decisivo, porque la muerte del dictador, sumada a una internación masiva de armas, habría llevado a una sublevación popular de masas. Sin embargo, el atentado falló, las armas fueron encontradas y la sublevación nunca llegó a suceder. Hubo de esperar el plebiscito del 88’y el triunfo del NO para abrir las puertas a la transición pactada con el régimen hacia esta democracia coja que nos llevamos aún a cuestas.


El Año Decisivo


Vuelvo la vista atrás
hasta la explosión colorida de esos años

son las calles de tierra los ciruelos-en-flor
soy yo
yo sentado en la cuneta con mis amigos
reímos
con las rodillas peladas
con nuestra pelota-de-cascos-gastados-con-el-blaid-al-aire

Soy yo con mis amigos
Y los vendedores de escobas
los niños pobres con su carretones
es el viejo del saco
y los cabritos y sus bolsas de neoprén

Es la risa infinita de mi infancia
Los colores alegres de los juegos sobre el fondo trágico de la historia


No hay que hablar hijo,
es peligroso.


Soy yo corriendo
Con el uniforme cochino
La pelota bajo el brazo
El cuello apiñeñao’…

Es el año decisivo


Baja la pichanga alegre de nuestra infancia
Corre el río de sangre de una generación degollada


Soy yo corriendo
Tengo cinco años
Oigo el clang clang de los palitos contra el metal:
“¡¡mamá, viene el camión del gas!!”

Es el año decisivo
Me pierdo un gol solo frente al arco
Y rebota el rocket sobre el techo del auto del tirano

Es el año decisivo

Tomo leche en una tarde oscura de invierno,
con mi familia, y el diario de cooperativa está llamando,


no hay que hablar hijo,
de tu abuelo que vive en la URSS
de que naciste en el exilio,
y Victor Jara mira mi vaso medio vacío desde un cuadro colgado en la pared…



Tomo once durante el año decisivo,
Ruedan por la quebrada los escoltas del tirano
la noche se llena con los aullidos de sus hienas hambrientas
Tomo once durante el año decisivo,
Afuera,
La noche sigue cayendo sobre los torturados.




Rio frente al televisor
Soy solo un niño
Pero voto por el no,
Tengo ya siete años
La larga pesadilla ha terminado
Corro riendo por la calle entre gente que se abraza
Es el embriagador abrazo de la victoria


Ahora viene la alegría…
dicen