Obsidiana
Dame un espejo de obsidiana en medio a la tiniebla
Una piedra verde que trague tu reflejo
Tráeme las cenizas de los volcanes
Una voz cenicienta que apague los murmullos
Vamos a cernir los campos
Como tenue llovizna
Como gotas de jazmín
Como colado fino de las impurezas de la tierra
Dame un espejo de obsidiana
A los pies del volcán
Dame uno de los reflejos de tu mirada
Tráeme tus murmullos y envuélveme
Hazme piedra tuya
Con premura tallada
En el corazón de la selva
A los pies del volcán
En el músculo palpitante de la jungla
El Lenguaje de los Relojes
Despertarse un día
Y darse cuenta
que hemos aprendido a comprender,
el lenguaje de los relojes.
Y que el tictaqueo de sus agujas no es ya,
un su seguirse de ruidos informes en los oídos,
ni su deslizarse imperceptible
un escurrírsenos de la vida entre las manos.
Quizás debiéramos todos
Estudiar las lenguas del tiempo
El viento suave que acompaña al minutero
Cuando bajo el vidrio que cubre el reloj, se desliza
Despertarse un día
Y darse cuenta,
que en realidad nada ha terminado
que para quien conoce el lenguaje de un reloj
no existe ni el inicio ni el final
que todos los momentos conviven
como un collage de sonidos en la mente
en el alma
quizás
debiéramos ya partir
hacia nuevos horizontes
dejar atrás
borrascas
hojas secas
tesoros olvidados en los abismos del mar
y respirar
aquel ruido mecánico del reloj
que nos devuelve en el silencio del tiempo
al eco de nuestra voz perdida en la memoria