jueves, 9 de junio de 2011

El río, 2da parte

Corre también dentro nuestro
El correr continuo de los días

Corremos con la corriente
Pero corre también el río por nuestros interiores

Somos pez y lecho
vida arrastrada
o cauce incapaz de contener la fuerza ancestral de su torrente

Y nos recorre
horadándonos
recorriendo las cámaras vacías de nuestro pecho

Visita nuestras galerías infinitas
las cavernas eternas, nuestros huesos

Y así como se sale con fuerza salvaje,
el río de su cauce
Se desborda también el torrente en nuestros interiores

Y nada podemos hacer
Y somos helecho arrastrado en la corriente
Cauce desbordado
Superado por la fuerza incontenible de las aguas puestas en movimiento

Y somos caudal de bilis
Veloz por nuestras arterias,
el río pasa
Por nuestras venas o riñones
Inundándolo todo

Eterna convulsión de nuestro cuerpo
Jugos gástricos desatados

Inermes pasamos por las aguas
Doblegados por la fuerza ancestral de la corriente

Toma el eterno flujo el control
Y somos manojo de carnes y huesos
Carcasa arrastrada
Carcasa que contiene el principio de su prisión

Vamos desde siempre en aguas envueltos
Y va desde siempre el flujo del río incontenible
Marcando el ritmo de los días
Bañando
Azotando a ratos
La superficie de nuestra carne
El contorno indefinible
Nuestras entrañas


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Busqué ya en todas las esquinas de la ciudad
En todos los recodos de mi río


He dejado a ratos incluso mi vida
Arrastrada en el asfalto


He arriesgado incluso la asfixia
Descendiendo al lecho profundo de este cauce

Todo para intentar entender
El trajín infernal de la urbe moderna
Los giros abruptos de la corriente en su viaje hacia su mar
Y sobre todo,
el ardiente río de arena de mis venas, el caudaloso torrente de mi paso en las veredas

Y es fácil perderse intentando entender
Los imposibles caprichos del afecto
O los ritmos cambiantes de las relaciones

Trato de entender y no puedo

El moho secándose en las mejillas
Y el colarse turbio del hollín en nuestros ojos
Y sobre todo, estas repentinas y violentas tormentas de mar
Que agitan los abismos arrancando, líquenes y algas de raíz

Trato de entender pero no puedo
Busco y busco, pero no encuentro
El origen de todo este diluirse de imágenes en las aguas
El sentido de esta tormenta eterna,
Siempre fija a mi ventana

Agitando


Con fuerza sus postigos en el viento