viernes, 7 de enero de 2011

Autobuses lluviosos y un lamento sobre uno de los (o el) mitos del s. XXI

Claración linguístico cultural:

micro: autobus urbano. Durante muchos años los autobuses en santiago eran todos de un llamativo color "amarillo-pato", de ahí la especifación sobre "micros amartillas" en una parte del poema, esa acotación nos lleva atrás, varios años, en el tiempo.

Guagua: niño de entre 0 y 3 años (aprox.)


Micros en la lluvia

En una esquina hecha de viento
Vi las micros pasar colgando

Yo me apretaba de frio en mi uniforme
Mi vecino se apretaba de frio en su uniforme
La señora de la panadería
Se apretaba de frio tras el mesón

El paradero se hacia chico
Se hacia grande la pequeña multitud
Que apretada escapaba
de la lluvia bajo el techo

Y las micros (amarillas) pasaban
Colgando y salpicando agua
Pasaban

Y yo me atrasaba
¿Pero a quién le importa el colegio?
Y me vecino se atrasaba
Y en sus ojos veía sólo a uno de sus jefes
Que gritaba
Y yo me apretaba de frio en mi uniforme
Y la señora apretaba la guagua contra el pecho
Y la guagua con su carita roja no dormía
Sus pulmones apretados de frio no la dejaban


Y los colectivos pasaban
Llenos
Y los carritos para atravesar la avenida
También pasaban
Y mis pies se mojaban
Y mi pelo se mojaba
Y las micros colgando pasaban
Y mi mochila se mojaba
Y yo me apretaba de frio en mi uniforme
Y las personas se apretaban contra sus vidas
Contra el frio de la mañana
Contra la pega mal pagada
Contra el smog de la ciudad
Desesperados impasibles
Se apretaban

Y el perro rucio del pasaje
Mojado raquítico y entumido
En la otra esquina
Ladraba






Es el lamento


Es el lamento
El lamento
El susurro desolado de la oscuridad
Sola en el negro vacío de la noche
lamento abriendo los surcos del día
Un lamento de estrellas cantando tintineantes
Goteando el recuerdo de su propia luz
En la resplandeciente laguna del valle
Y el resplandor y su lamento
Y el lamento y sus centellas
Sus astillas de oscuridad y futuro
Son el lienzo de fondo que cubre nuestros pasos
Que nos descubre el advenir del vendaval
Y la fuerza y el grito hecho canto
Y la luz y la oscuridad y el sol y su lamento y las dagas titilantes de la verdad
Y nuestra larga peregrinación hacia el origen de nuestro mito
Es el canto el lamento el devenir de la masacre y su venganza
el porvenir de la sangre derramada
las flores en medio a la inmundicia
Seremos aún lamento, sin la música que acompaña nuestro mito
El ritmo galopante de estos cuerpos de arena
La orilla del otro lado del horizonte
Las gargantas abismales
por donde eternos
ruedan
los dados