domingo, 29 de noviembre de 2009

Desolada inmensa vastedad

Entrar en este campo de huesos
flecha de acero arrojada
disparo repentino, martillo que golpeas
astillas, nubes, gritos

arrastrar agotado este enjambre de escombros
destrozar, dentellada feroz en el hígado
derrumbe colapso, puente suspendido en el tiempo


fragmentar, fosa osamenta

apuntar, graznido, descenso abrupto a mi sigilo
torcedura, fisura, tierra quebrada
gritar, arrojar

aullido desolado depositado en la historia
precipitarse, caer perdido
marcha sin rumbo
pampa infinita

Quedó sola la desolación
estepa perdida de recuerdos
infinita amargura de tu vastedad
vientos que soplan en la hierba

Desesperado peregrinar
caminata extraña, punto gris lanzado a la inmensidad
sin destino
sin parte
sin ninguna parte

Violento peregrinar
caída roja de odio
vastedad café del infierno
tonalidad grisácea de mis pasos
eternidad que devoras

Es esta la carne de mi carne
el grito de mi voz
la mano de mi vida
la visión de mi sueño
el olvido atávico existencial
el enfrentamiento perpetuo
la batalla inacabada
la promesa incumplida

Es esta la carne de mi carne
la sangre de mi herida
el sangrar de mi ojo

Mira, es esta mi mano
la que me precipita en el vacío

Mira, es esta mi mano
la que me describe en la perpetuidad

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